Por A. Salvador.
Barcelona.
Hoy entrevistamos a Cristina Llop, abogada y presidenta de la Confederación Española de Abogados Jóvenes (CEAJ).
Cristina, ¿cuáles crees que son las principales preocupaciones que asaltan (o deberían asaltar) a los abogados jóvenes?
Los jóvenes abogados tienen una preocupación compartida con el resto de profesionales que se enfrentan a los primeros años de ejercicio: encontrar un puesto de trabajo (ya sea propio o por cuenta ajena) y consolidar su posición laboral llegando a poder vivir dignamente de su profesión.
La inestabilidad laboral es algo que nos afecta a todos, y en el ámbito jurídico aún es más acuciante por la existencia de los llamados “falsos autónomos”, compañeros que trabajan bajo la apariencia de autónomos si bien en la práctica son empleados de otro compañero percibiendo salarios por debajo del salario mínimo.
Por otro lado, y en cuanto al abogado que decide montar un despacho por su cuenta, existen pocas o nulas ayudas a su emprendimiento; se incentiva poco esta opción laboral cuando es incuestionable que las PYMES son el núcleo de la economía nacional al ser la mejor herramienta de creación de empleo.
En este sentido, ¿cuáles son los retos que deparan a los futuros abogados que a día de hoy están preparándose en las facultades de Derecho?
El principal reto será la competencia: compañeros cada día más preparados que compiten por los mismos puestos de trabajo; y despachos progresivamente más innovadores que ofrecen a los clientes nuevos servicios y nuevas formas de interrelacionarse con ellos que nos van a obligar a renovarnos continuamente.
Hace unos días, leí un interesante artículo en “El País” que indicaba que Derecho es uno de los estudios que sufre menos desempleo. ¿Crees que la baja ratio de desempleo viene asociada con unas mejores condiciones laborales para la abogacía joven?
Siempre he pensado que los estudios de Derecho son los que más salidas ofrecen porque precisamente son los que preparan mejor para los problemas del día a día y eso faculta a sus graduados a optar por puestos de trabajo de muy diferente índole.
En cualquier caso, que lleve aparejada mejores condiciones laborales, lo desconozco. No van necesariamente relacionados aunque la lógica nos lleve a pensar que así debería ser.
¿Desde tu posición como Presidenta de CEAJ, cuáles son los intereses de la abogacía joven que con más ahínco crees que deben defenderse?
Venimos de padecer años de fuertes reformas legislativas que no solo han afectado al ejercicio profesional en su sentido práctico-procesal, sino que también han amenazado nuestra organización como tal (por ej. con la Ley de Servicios y Colegios Profesionales, la Ley de Planta o la Ley de Asistencia Jurídica Gratuita, entre otras, que, si bien no se aprobaron, sí hicieron tambalear los pilares de nuestra profesión).
Los cambios son inevitables; ahora bien, desde una abogacía unida, debemos reivindicar nuestra voz en la toma de decisiones que por el gobierno que sea se adopten en relación a las materias que nos atañan y defender la dignidad de nuestra profesión y nuestra condición de mayor garante de los derechos de los ciudadanos apostando o reivindicando una justicia de calidad e igualitaria para todos.
Lo interesante de la cuestión, es que tales intereses de los jóvenes abogados suelen defenderse en el seno de las Agrupaciones de Jóvenes Abogados (AJA). Sin embargo, existe una alta desafección de los jóvenes respecto a las AJAS o a los Colegios de Abogados. ¿Qué opinas de ello?
El abogado es un profesional individualista, cierto. No obstante, discrepo en la afirmación de que hay una “alta” desafección. Por parte de las AJAS y los ICAS se están invirtiendo grandes esfuerzos en acercar las instituciones al colegiado, y creo que se está consiguiendo al ofrecerles más actividades formativas a nivel local, y al informarle periódicamente y de manera más amplia y transparente del trabajo realizado desde estas por y para ellos. Obviamente, queda mucho por hacer pero sinceramente, creo que se ha mejorado ostensiblemente.
¿Cómo debería o podría convencerse a los jóvenes abogados de los beneficios de formar parte de una AJA?
El uso de las redes sociales está permitiendo que las actividades de las Agrupaciones se hagan cada vez más visibles y participativas. Todos sabemos que las redes son el mejor medio de comunicación que los emails que hoy en día abarrotan nuestros gestores de correo. Se trata de dar más publicidad a un producto -formación principalmente- cada día mejor y por ende, más atractivo para el nuevo colegiado.
Hablemos de CEAJ y tu presidencia en ella. A día de hoy, ¿cuál es el balance qué harías de tu presidencia?
Como siempre, queda mucho por hacer pero mi balance es muy positivo. CEAJ ha crecido en presencia numérica (hemos aumentado hasta 61 AJAS del total de 83 colegios de abogados que hay en toda España) y ha ganado en presencia institucional. Eso se debe al saber hacer de todos mis compañeros a nivel local y al excelente trabajo que mis compañeros de la comisión ejecutiva vienen realizando en las comisiones del CGAE trasladando a su vez el trabajo que se hace desde las propias comisiones de trabajo de CEAJ.
¿Qué esperas de tu sucesor o sucesora al mando CEAJ? ¿Hay algún testigo a recoger que quieras dejarle?
Veo que ya se me está despidiendo cuando aún me quedan 6 meses de mandato y todavía podría volverme a presentar. En una legislatura de dos años me parece temerario por su parte, ciertamente. En cualquier caso, cada uno tiene su forma de hacer las cosas y la renovación es sana porque el que venga ahora o después a buen seguro aportará una nueva y enriquecedora visión a la abogacía joven.
¿Hacia dónde debería evolucionar CEAJ? ¿Crees que se ha hecho todo lo posible para defender los intereses de los jóvenes abogados?
CEAJ evolucionará a donde la lleven sus AJAS. No dependen tanto de mí como de los retos que se le presenten. Es un ente vivo que reacciona y cambia conforme se enfrenta a las dificultades que se le plantean.
En cuanto a si se ha hecho todo lo posible, no me corresponde a mí decirlo. Yo sinceramente creo que así ha sido con el escaso tiempo que hemos tenido y los numerosos desafíos que se le han ido planteando en un espacio temporal tan breve.
Antes de finalizar esta entrevista; ¿qué aconsejarías a los futuros jóvenes abogados que aprobaron el examen de abogacía del pasado mes de febrero?
Esta profesión es de las más exigentes que hay porque se es abogado las 24 horas del día los 365 días al año; por ello, es importante que tengan claro que es esto a lo que quieren dedicarse porque esta profesión requiere pasión en su ejercicio.