Por Diego Fierro Rodríguez
Alberto Ruiz-Gallardón dimitió como titular de la cartera del Ministerio de Justicia el día 22 de septiembre de 2014, principalmente, por el fracaso de la reforma de la Ley del Aborto. Inmediatamente, fue sustituido por Rafael Catalá Polo, que, nada mas tomar posesión de su nuevo cargo, quiso dejar claro que su deseo principal era comenzar un diálogo con los colectivos relacionados con la Administración de Justicia para adoptar las reformas necesarias con el consenso de los profesionales del Derecho.
Se produjeron, con Alberto Ruiz-Gallardón como ministro, labores legislativas cuestionables y cuestionadas desde el Ministerio de Justicia, como la relativa a la creación de las tasas judiciales mediante la Ley 10/2012. Además, existía poca conexión entre el representante del ente y una gran parte de la ciudadanía.
Rafael Catalá, además de confirmar la paralización de los tramites para implantar la reforma de la Ley del Aborto que quería lograr Alberto Ruiz-Gallardón, logró una importante modificación de la Ley de Tasas Judiciales mediante el Real Decreto-Ley 1/2015, de 27 de febrero, de mecanismo de segunda oportunidad, reducción de carga financiera y otras medidas de orden social, se ha establecido la exención del pago del tributo jurisdiccional para las personas físicas, por la que ahora no tienen que realizar su pago y, finalmente, ha frenado la reforma del Registro Civil, por la que su gestión iba a ser asumida por los registradores.
No hay duda alguna de que se pretenden borrar las huellas que dejó en el Ministerio de Justicia el que ahora es miembro del Consejo Consultivo de la Comunidad Autónoma de Madrid. Parece que, finalmente, sus actuaciones han gustado tan poco al Gobierno como a la oposición parlamentaria, así que se ha comenzado un gran lavado de las manchas del que fue un polémico miembro del órgano ejecutivo estatal, que podría haberlo actuado de un modo muchísimo más adecuado para los intereses generales.
Parece que una de las medidas para borrar la imagen de Alberto Ruiz-Gallardón como ministro de la mente de los ciudadanos es incrementar la presencia de Rafael Catalá Polo, que fue quien le sustituyó, para que pueda pensarse que el Gobierno de Mariano Rajoy ha tenido un único miembro en el Ministerio de Justicia y que ese es su actual titular.
El problema es que el recuerdo de las reformas de Alberto Ruiz-Gallardón puede esconderse, pero no destruirse. Las luces y las sombras del dirigente político ya han pasado a ser parte de la historia política española y constituyen un curioso y peligroso precedente.