Hoy en la sede del Tribunal Arbitral de Barcelona (TAB) ubicada en la Calle Valencia se ha dado a conocer el nuevo reglamento del procedimiento abreviado para PYMES, bautizado como Fast-Track, o camino rápido, ésta medida acerca a la pequeña y mediana empresa la figura del arbitraje, desmarcándose en una reducción de costas de un 30% sobre el coste anterior, y abreviando el tiempo total de duración del proceso, que en ningún caso excederá los 60 dias, ampliables por la institución a 30 días más.
El Presidente de la Junta de Gobierno del TAB, Jesús M. de Alfonso, abogado y árbitro con dilatada experiencia, acertó al comenzar la presentación anunciando esa “carga” que se pretende “aligerar” de los juzgados mercantiles con la figura del arbitraje.
Para aquellas empresas cuyo objeto sea inferior a 30.000€, se ha diseñado el Fast-Track, un procedimiento monofásico abreviado en el que se introducen novedades como el arbitraje de emergencia, que consiste en que el tribunal arbitral designe a un árbitro que mientras no se constituya el definitivo por acuerdo de las partes, podrá dictar medidas cautelares, por ejemplo, para frenar una construcción y evitar que el proceso arbitral pierda efecto.
Así, se presenta el arbitraje como una solución de una sola instancia (one shot solution), que cuenta con una seguridad tanto o igual que una sentencia judicial (el laudo arbitral se considerará a efectos de cosa juzgada), y con un ahorro de coste y duración que hacen replantearse a las empresas el acudir a la jurisdicción ordinaria. No en vano, el arbitraje es una medida extrajudicial que cuenta con gran tradición en los países anglosajones como Inglaterra o EEUU, en donde las grandes multinacionales encuentran en ella el máximo exponente en términos de privacidad, seguridad y rapidez.
Se ha repasado el perfil del árbitro como un profesional que debe estar especializado, pero sobretodo debe contar con vocación y cierto bagaje profesional (15 años). En relación al perfil de los casos trabajados, destacan sobretodo los relacionados con contratos financieros, seguidos por conflictos societarios y materia inmobiliaria (no en materia concursal, sino en defectos constructivos). Finalmente, se han repasado las cifras de los últimos años del Tribunal de Arbitraje de Barcelona, coincidiendo con el 25 aniversario de su constitución, en un primer momento podemos apreciar un enorme crecimiento de cuestiones a resolver en el 1992 que llega a su punto álgido en el 2004 con una cifra de 121 casos. Curiosa es también la disminución de casos el 2007 (62) y su posterior aumento a (85) en 2008, el inicio de la crisis.
Un dato útil: según Jesús M. de Alfonso, Presidente de la Junta de Gobierno del TAB, alrededor del 60% de los casos de los Juzgados Mercantiles podrían ser resueltos por los Tribunales Arbitrales.