Por Alvaro Comajuan
Barcelona
De nuevo un superjuez, de nuevo la detención de un banquero y de nuevo noticias de inhabilitar al juez que ha orquestado todo este proceso. La historia se repite, pero no del modo que la mayoría de la población puede pensar.
Hace unos días, Elpidio José Silva Pacheco, juez que trae la instrucción del proceso judicial que tiene imputado al expresidente de Caja Madrid, Miguel Blesa, por delito societario, ordenó el ingreso de este en prisión provisional eludible bajo fianza de 2,5 millones de euros. Esta orden de prisión supuso la primera entrada de un banquero a esta en 20 años, y dictó rodeada de una gran polémica, pues la Fiscalía no estaba de acuerdo, y de hecho pidió el archivo del caso por falta de pruebas.
Pero más allá de estos hechos, los diarios han sacado a la luz las sombras de un magistrado que poco menos se puede calificar de polémico: fue sancionado en 1994 para desatender su órgano jurisdiccional, una falta muy grave, y al 2009 por incumplimiento o desatención a los requerimientos de sus superiores y obstaculització de sus funciones inspectoras, a pesar de que esta falta había prescrito. Es más, en 2008 intentó ser incapacitado por el Consejo, porque este entendía que no estaba en condiciones de seguir ejerciendo como juez, aunque el servicio médico dictaminó en contra.
Por si fuera poco, el CGPJ le abrió en abril un nuevo expediente disciplinario por dos faltas muy graves (por un retraso injustificado en la tramitación de los procedimientos y por falta de motivación de las resoluciones) y una grave (desconsideración hacia los funcionarios de su juzgado), que de confirmarse supondrían una nueva suspensión, un traslado o incluso su separación definitiva de la carrera judicial.
Esta es la situación actual de un nuevo juez rodeado por la polémica, tanto en el caso Blesa cómo fuera de él, que se tendrá que enfrentar en los próximos días tanto a los ataques de quienes no están de acuerdo con el proceso contra el expresidente de Caja Madrid como las actuaciones del Consejo General del Poder Judicial, que quieren finalizar con su cuestionable trabajo.